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Violencia simbólica y naturalización de la violencia contra las mujeres

Violencia simbólica y naturalización de la violencia contra las mujeres

Se escucha los peligros de naturalizar la violencia y lo que esto representa para la tolerancia y fomento de acciones atentatorias a los derechos de las mujeres; especialmente cuando desde los medios de comunicación se comete violencia simbólica, de acuerdo a la definición contenida en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV).

Esta define qué Violencia Simbólica: Son mensajes, valores, iconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la sociedad.

También incluye un concepto determinante en la violencia simbólica el sexismo. Este es toda discriminación que se fundamenta en la diferencia sexual que afecta toda relación entre seres humanos y abarca todas las dimensiones cotidianas de la vida privada o pública que define sentimientos, concepciones, actitudes y acciones. En pocas palabras, cuando se sobrevaloran características de un sexo sobre otro, generalmente lo masculino.

Cómo se naturaliza la violencia.

Cuando se reconoce y establece como normal, natural o cotidiana, moldeando la subjetividad y objetividad genérica y por tanto no se cuestiona, se ve normal y natural entre las relaciones sociales de los dos sexos.

Cuando se determina a través de la socialización de género y de una práctica continua, la subordinación de las mujeres y lo femenino al dominio de los hombres, lo masculino. Es decir que se legitima la subordinación genérica, se impone y reproduce jerarquías, significados y valores simbólicos, que producen invisibilización, discriminación, minimización, negación, diferenciación, desvalorización y dominación hacia las mujeres.

Otros peligros es que reproduce los mitos que evitan cambiar patrones violentos o discriminatorios hacia las mujeres por conductas respetuosas de sus derechos.

Cómo se transmite la violencia simbólica desde los medios de comunicación.

Al analizar los medios de comunicación salvadoreños, los ejemplos son frecuentes, por mencionar algunos contextos se puede mencionar:

Cuando los textos informativos confirman mitos como que las mujeres agredidas provocan a sus esposos o compañeros al responder de forma inadecuada o no tener las « cosas », a tiempo, por no atender al esposo, etc.

Cuando se afirma que la violencia contra las mujeres solo se da en hogares humildes o pobres, ocultando o sesgando información acerca de personas con un cargo importante o con poder económico o político.

Qué los hombres tienen una predisposición genética para comportarse violentos, irrespetuosos, o agresivos con sus parejas.

Cuando se sugiere que son las drogas o el alcohol los agentes provocadores de la violencia, que es muy diferentes a que estos sean factores desencadenantes frecuentemente usados por los agresores para evadir responsabilidades. Ejemplos como estos son frecuentes en medios de comunicación como los citados a continuación : Cuando se informa de manera asimetrica o diferenciada sobre hombres o mujeres, por ejemplo se utilizan adjetivos que con seguridad no se utilizaría si el sujeto de la noticia es un hombre.

Cuando en la estructura informativa se jerarquizan los hechos, relegando la violencia contra las mujeres a las últimas líneas informativas o espacios poco visibles para el público lector, tal como sucedió en este noticia cuyo titular invisibiliza la violencia sexual contra las mujeres.

El siguiente artículo adjudica a cuestiones biológicas aspectos de la conducta que se reproducen a través de la socialización o sea las normas de conducta transmitidas en un grupo social por los diferentes agentes de socialización; lo más grave es que se considera normal prácticas de irrespeto de parte de los hombres, afirmando que las mujeres pueden provocar esas conductas con su comportamiento.

A LOS HOMBRES HAY QUE AYUDARLES A DISCULPARSE

Author Dra. Margarita Mendoza Burgos /La Prensa Gráfica, 11 de julio de 2013.

En las relaciones humanas y, sobre todo, cuando éstas se dan en el entorno de parejas y familiares es importante tener en cuenta que debido a la diferencia genética y de conducta de los sexos, a los hombres se les dificulta disculparse.

No quiero decir con esto, que nos olvidemos de esperar alguna forma de disculpa cuando su conducta no ha sido adecuada o han tenido algún despiste (como olvidar su aniversario, cumpleaños, etc), pero sí que no esperemos una disculpa en forma.

La importancia de esto, sobre todo cuando el hombre en cuestión es alguien que tiene muchas otras cualidades, es el mantener la paz de la pareja, el hogar y de nuestra mente, que por otro lado, tiende a recordar y recordar la ofensa, haciéndonos infelices y haciendo que provoquemos involuntariamente más altercados para poder materializar nuestro enojo por la falta de remordimiento que desearíamos encontrar en ellos.

Démonos por satisfechas si observamos que él, nos sonríe o nos brinda algún detalle que, aunque mínimo, no esperamos. Podemos incluso mencionar levemente la falta; pero no la repitamos sin cesar, pues lo único que produciría es más confrontación. Ustedes, mujeres, como yo, tal vez sientan que es un consejo muy simple y sencillo, pero si lo aplican verán como el número de disputas, altercados y sinsabores con su pareja o amigos varones disminuirán; con la consecuente mejora en sus interacciones cotidianas. < Ningún crimen es pasional. Es frecuente afirmar en la información que los “celos provocaron un crimen”, “que el agresor actuó por amor” o que la “muerte es pasional”, porque estas afirmaciones esconden la gravedad de la violencia contra las mujeres. Muchas veces se recoge información que describe a un agresor obsesionado, enamorado o celoso. Si la noticia se presenta como un crimen pasional, se enaltece el ideal romántico que aún persiste en la socialización femenina y se enmascara, la estrategia de control que el agresor ejerce sobre la agredida.

Conviene aclarar que el Código Penal. Cap. III cita entre las circunstancias que modifican la responsabilidad penal. Art. 29.- Son circunstancias que atenúan la responsabilidad penal:

– INFERIORIDAD PSIQUICA POR INTOXICACION
1) Estar el culpable en estado de intoxicación alcohólica o de otra índole que, sin ser preordenada al hecho, no llegue a tener plenitud de efectos sobre el sujeto;
-EXCESO EN LAS CAUSAS DE EXCLUSION DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
2) El exceso de los límites establecidos para las causas de exclusión de la responsabilidad penal comprendidos en los números 1, 2 y 3 del artículo 27 de este Código, cuando no lo ocasionare una excitación o perturbación que lo hicieren excusable;
– ESTADOS PASIONALES
3) El que obra en un momento de arrebato, obcecación o bajo el impulso de intensa emoción provocada por un hecho injusto efectuado contra él, su cónyuge, compañero de vida o conviviente, ascendientes, descendientes o hermanos.
Como puede verse la definición legal no tiene ninguna relación al uso que se le da al ilustrar sobre la violencia de pareja.
Nota con un tratamiento aceptable.

En la siguiente información se cita que el hombre asesinó a la ex pareja porque no quería que se casara con otra persona, evidenciando que el móvil es el sentido de la propiedad sobre la mujer asesinada; también se destaca el temor de la víctima a denunciar, un elemento común entre estas circunstancias.

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