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Tratamiento informativo de la violencia contra las mujeres en la prensa escrita salvadoreña

Tratamiento informativo de la violencia contra las mujeres en la prensa escrita salvadoreña

Por Patricia Portillo

Es común que en los medios de comunicación y principalmente en la prensa escrita se informe que los asesinatos de mujeres o feminicidios tienen “móviles pasionales”, se destaque que las mujeres fueron asesinadas por infieles o se comente el tipo de vestimenta usada (faldas cortas, blusas escotadas o ajustadas, etc.).

Muchas veces estos comentarios se atribuyen a las autoridades que informan sobre los presuntos móviles de estas muertes. Sin embargo, estos comentarios son incorrectos e inadecuados, por las causas descritas a continuación.

Incorrecta interpretación del término móvil pasional

El caso de los Feminicidios por “móviles pasionales” se deja entrever que el crimen obedece a una acción producida en un momento de ira, de arrebato o bajo el impulso de intensa emoción temporal. Se deduce que este argumento, se origina a que según el Código Penal salvadoreño, se considera entre las circunstancias que modifican la responsabilidad penal o atenuante los…c) ESTADOS PASIONALES. “El que obra en un momento de arrebato, obsecación o bajo el impulso de intensa emoción provocada por un hecho injusto efectuado contra él, su cónyuge, compañero de vida o conviviente, ascendientes, descendientes o hermanos” (artículo 29, literal c, Código Penal).

De acuerdo con juristas consultadas, en el desarrollo de un proceso judicial no se beneficia al asesino en casos de violencia intrafamiliar por estas atenuantes calificadas como ESTADOS PASIONALES, más bien se puede interpretar que estas se aplican en casos de defensa propia o para salvar de la muerte o agresión a un ser querido.

Por el contrario, se ha demostrado que en casos de feminicidios en el contexto de la familia, el crimen de la mujer constituye el fin de un ciclo reiterado de diversas manifestaciones de violencia intrafamiliar que han vivido las mujeres o más bien es producto de una acción premeditada y planificada cuidosamente por el agresor o autor del crimen.

Conviene tomar en cuenta el asesinato de una ex funcionaria municipal del municipio de Alegría, en Usulután, que ejemplifica claramente el uso inadecuado del término “móvil pasional”, ya que un sicario asesinó a una mujer, a pedido de su ex pareja, porque esta no accedió a las visitas conyugales en el penal donde el supuesto autor intelectual se encuentra recluido.

En nota publicada el 18 de enero de 2010, el Diario de Hoy, publicó textualmente lo siguiente: “Cárcel para acusado de matar a ex sindica. Desde ayer, Santos Moisés Rodríguez, acusado de asesinar a la ex sindica municipal de Alegría, Carolina Cortez de Portillo, guarda detención en el centro penal de Jucuapa en Usulután…

El Ministerio Público había solicitado que se calificara como homicidio agravado, pues en su exposición, detalló que un testigo vio a Rodríguez haciendo tareas de vigilancia previo al crimen, lo que muestra la premeditación, según la Fiscalía… No descartan que el asesinato de Cortez tenga móvil pasional, e incluso, relación con el crimen de Moisés Funes, ex edil de Alegría, por cuyo homicidio fue procesada Cortez y su supuesto compañero de vida, Marvin Bermúdez, quien está preso y de quien también hay sospechas ordenó el asesinato de la ex funcionaria”.

El 25 de julio de 2010, informó bajo el titular “Condenan a uno por muerte de ex síndico de Alegría”, que Santos Moisés Rodríguez fue condenado como autor directo de la muerte de Carolina Cortez, pero que “una de las hipótesis que manejó la Fiscalía es que el autor intelectual del crimen era Marvin Bermúdez, amante de Cortez; sin embargo, no fueron capaces de recabar las evidencias necesarias para comprobarlo”. Las autoridades sospechan que Cortez fue ultimada por negarse a asistir a las visitas conyugales que exigía Bermúdez, preso por matar al ex edil Moisés Funes”.

Estigmatización de las víctimas

La escritora Ana Caballé, señala que la prensa salvadoreña, a diferencia de algunos medios españoles, generalmente destacan o describen la situación de la víctima, su vestimenta, detalles de la violación o agresión sexual y en ocasiones hasta se culpa a la mujer o adolescente por lo sucedido. Sin embargo, raras veces se investiga un poco más o se delata al agresor o asesino. Esto se debe en parte a la carga laboral del personal de los medios, pero precisamente ese debería de ser un incentivo para auto capacitarse en las temáticas que se les asigna siempre que sea posible.

Por otra parte, en muchos casos se omite el nombre completo del agresor mediante iniciales, por ejemplo se usa Carlos P. o Alex C. (aún cuando son mayores de edad) a quienes se le señala como “supuesto homicida o supuesto violador”. En cambio se cuestiona la integridad o moralidad de las víctimas, lo cual no contribuye a la búsqueda de justicia o reducción de la impunidad.

También son frecuentes las notas de prensa que dejan entrever que las mujeres o adolescentes fueron violadas o asesinadas por vestirse de forma provocativa o por ser coquetas, como señala la siguiente nota publicada en El Diario de Hoy, sobre el asesinato de Guadalupe Abigaíl López y Estrella del Carmen Márquez, dos adolescentes de 16 años, asesinadas en el municipio de Apopa.

Dos niñas estudiantes mutiladas en Apopa. “Otras fuentes indicaron que la joven (Estrella del Carmen) era bastante inquieta dentro del centro escolar pero no daba mayores problemas más allá de que asistía a clases con faldas cortas y blusas ajustadas, lo cual ya le habían hecho notar en más de alguna ocasión”… “Entre tanto, parientes de Guadalupe Abigaíl se mostraron reacios a hablar con periodistas; pero vecinos de la joven indicaron que ella siempre mostró una conducta ejemplar y nunca la vieron relacionarse con personas de dudosa reputación. Es más, indicaron que era nieta de un reconocido ministro religioso de una iglesia evangélica de una urbanización aledaña al vecindario donde vivía la menor. http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6358&idArt=4490103

Ambas adolescentes fueron asesinadas con lujo de barbarie, en una clara demostración de misoginia y desprecio hacia las mujeres. Sin embargo, el medio se enfocó en hacer un perfil de las mismas y no de los asesinos. Abordaje que puede llevar a una mayor naturalización de la violencia contra las mujeres, porque la nota reproduce adjetivos que pone en duda el comportamiento de una de las víctimas y hasta cuestiona su forma de vestir. Este abordaje es incorrecto porque aunque no lo pretenda de forma directa, busca justificar el crimen y destacar la responsabilidad de la asesinada en su propia muerte, debido al tipo de ropa que usaba y por ser “inquieta”, en contraste a su amiga Guadalupe Abigail, que tenía una “conducta ejemplar y hasta era nieta de un ministro religioso”.

Es importante destacar que el tratamiento de la información puede influir en el grado de tolerancia o repudio de parte de la sociedad hacia los hechos de violencia contra las mujeres. De igual forma, incide en los procesos de socialización discriminatorios contra las mujeres y la violencia de género contra ellas.

Es innegable que periodistas, así como el equipo de edición de prensa se rigen por normas éticas que obligan a investigar y confirmar la información difundida y principalmente no repetir argumentos que desinformen o contribuyan a naturalizar o justificar la violencia.

La mayoría de periodistas que labora en la prensa escrita ha logrado cierto nivel de especialización en los temas asignados, por lo que cuentan o deberían de contar con los criterios necesarios para evaluar si la información vertida por las autoridades es idónea o adecuada, o por el contrario, están reproduciendo comentarios que atentan contra la integridad de las víctimas y por tanto son discriminatorios contra las mujeres y sus derechos humanos.

Esto sucede cuando se califica a priori que las asesinadas o víctimas de violencia son trabajadoras sexuales, por el hecho de usar faldas cortas o tener el cabello pintado, o en el caso de adolescentes y niñas que son señaladas como pandilleras, por presentar algún tatuaje, como si el hecho de pertenecer a estos colectivos sea de por sí una justificante para cometer el crimen o la violación de cualquier derecho de las mismas.

Por otra parte, el Instituto de Medicina Legal, informó que en 2009 de 589 mujeres asesinadas, sólo 55 muertes se atribuyen a problemas entre maras y 76 a delincuencia común, mientras 421 casos se mantienen en investigación. Este es otro elemento que debe tomarse en cuenta al intentar justificar que la muerte de la mujer se debe a ser pandillera o se debe a la delincuencia común, porque este abordaje oculta la realidad numérica de la violencia de género que circunda la mayoría de crímenes entre la población femenina.

“Por infieles”. Este es el subtitulo que se utilizó para informar el asesinato de cinco mujeres, en la nota publicada por La Prensa Gráfica, el xxxx que dice:

“Se confirmó que las mujeres eran compañeras de vida o novias de pandilleros y a causa de infidelidades fueron asesinadas. Una fue estrangulada, otra atacada con machete, una lapidada y dos muertas a balazos. En cuatro de los casos se presume que las víctimas le fueron infieles a los pandilleros con los que mantenían una relación sentimental. http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/judicial/124870–quedan-detenidos-por-femenicidios.html

Especialistas en violencia contra las mujeres y misoginia, como la mexicana Marcela Lagarde y la española Anna Caballé, expresan que nadie mata una mujer por amor. Se mata por venganza, desprecio o por el sentimiento de superioridad o dominio de las hombres en la vida de las mujeres.

También es falso que el alcohol, las drogas, el desempleo, los celos o enfermedades, puedan ser causas directas de la violencia contra las mujeres como se afirma en algunas notas de prensa. Investigaciones demuestran que si un hombre es de por si violento, cabe la posibilidad de que las drogas o el alcohol puedan agravar el nivel de violencia contra las víctimas, pero realmente el comportamiento violento contra la mujer se debe a las creencias del maltratador y a las ideas misóginas que este posee.

En otro caso, el periódico virtual LA PAGINA utilizó el titular: Violador se justifica calificando a su víctima de “vaga”.

La noticia detalla la captura de un supuesto violador en serie con el texto: “Un hombre fue capturado por la PNC acusado de raptar y violar a una pequeña de 9 años… La cipota es vaga y anda de puesto en puesto pidiendo coras”, dijo el imputado, quien según registros policiales tiene al menos nueve cargos por violación en su contra…” http://www.lapagina.com.sv/nacionales/31354/2010/04/28/Violador-se-justifica-calificando-a-su-victima-de-%E2%80%9Cvaga%E2%80%9D-

La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará” afirma que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades. La violencia contra las mujeres no tiene justificante.

Estadísticas del Instituto de Medicina Legal registran que en los últimos años ha habido un alarmante aumento de feminicidios. En 2007, hubo 347 mujeres asesinadas; en 2008, 348 y en 2009 se contabilizaron 592. En el periodo enero-junio de 2010, la Policía Nacional Civil registra un total de 342 asesinatos de mujeres.

Los medios de comunicación pueden contribuir a reducir estas cifras y construir una sociedad libre de violencia contra las mujeres, tomando en cuenta su rol socializador, por ello es de suma importancia que el lenguaje utilizado sea respetuoso y sensible a la realidad de las mujeres que enfrentan violencia y sobre todo, redactar noticas respetuosas de las víctimas y sus familias; esto implica la responsabilidad ética de evitar reproducir mitos erróneos sobre las causas de la violencia contra las mujeres.

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